Rajas: el fuego que impulsa la vida

Rajas

¿Te has despertado alguna vez con el corazón latiendo rápido, mil ideas en la cabeza y la sensación de que el mundo te está esperando con urgencia? Esa chispa, ese movimiento, esa agitación que nos arrastra o nos lanza hacia delante… eso es rajas.

La energía no está dividida en compartimentos ni clasificada entre “buena” o “mala”. La energía es expresión viva de la consciencia y se manifiesta en distintas frecuencias. Rajas es la vibración del cambio, de la expansión, del hacer. Es el pulso que nos saca de la inercia y nos empuja a crear, a transformar, a explorar.

El poder de rajas

En el lenguaje de los gunas, rajas representa el movimiento. Es el impulso que hace que la semilla brote, que el pensamiento se convierta en palabra, que una emoción se convierta en acción. Sin rajas, la vida se detendría. Nada se movería. No habría evolución ni aprendizaje.

Podríamos decir que rajas es el fuego interno. Y como todo fuego, puede ser nutritivo… o puede quemar.

Cuando rajas está en equilibrio, nos sentimos motivados, apasionados, con una dirección clara. Hay deseo, sí, pero no ansiedad. Hay acción, pero también espacio para escuchar. Es un fuego que ilumina.

Rajas es movimiento

Pero cuando rajas domina sin pausa, podemos perdernos en el torbellino. Aparece la impaciencia, la competitividad, el deseo constante de “más”. La mente salta de un pensamiento a otro. El cuerpo se tensa. La respiración se acorta. Y el alma… se agita.

En nuestra cultura, rajas es un rey sin corona. Se lo aplaude sin descanso: productividad, ambición, velocidad. Pero si no aprendemos a mirarlo con atención, rajas puede desconectarnos de nuestra esencia. Nos empuja siempre hacia fuera cuando hay momentos donde es necesario volver al centro.

Rajas en ti, en mí, en todo

Puedes observar rajas en ti cuando:

  • Te cuesta estar quieto o en silencio.
  • Tu energía va hacia fuera: hablar mucho, moverte rápido, comer impulsivamente.
  • Sientes ansiedad si no estás “haciendo” algo útil.
  • Tus pensamientos van más rápido que tus palabras.


Y también puedes observarlo en cosas cotidianas: el café fuerte de la mañana, la música electrónica, las ciudades luminosas de noche, las redes sociales que no paran. Todo eso también es rajas.

La belleza del enfoque tántrico es que no nos invita a eliminar nada. Nos invita a reconocer. A convertirnos en testigos lúcidos de la danza de la vida, sin rechazar ni aferrarnos. Rajas tiene un lugar sagrado: nos da dirección, iniciativa, deseo. Solo hay que saber cuándo calmar el fuego… y cuándo avivarlo.

Rajas en la práctica de yoga

En esta práctica vamos a honrar la energía de rajas, no a reprimirla. Queremos sentir cómo se mueve en el cuerpo, cómo nos habita… y luego invitarla a suavizarse, a volverse más consciente.

Primera parte: activar y observar

Objetivo: despertar la energía con conciencia.

  • Posturas sugeridas:
    • Saludo al sol (Surya Namaskar) varias rondas, con respiración marcada.
    • Virabhadrasana II (Guerrero 2): mantén la mirada fija, respira con firmeza.
    • Navasana (la barca): observa el esfuerzo sin tensar el rostro.
    • Utkatasana (la silla): mantén por 5 respiraciones, siente el calor en los muslos.

Indicaciones:

  • La respiración puede ser ujjayi, si sabes hacerlo: ese suave roce en la garganta que suena como el mar.
  • Mantén la atención en el centro del pecho. ¿Desde dónde te estás moviendo?
  • Observa si aparece impaciencia, si quieres terminar antes… eso también es rajas.

Segunda parte: calmar el fuego

Objetivo: transformar la energía activa en presencia serena.

  • Posturas sugeridas:
    • Apanasana (rodillas al pecho): siente la columna abrazada por la tierra.
    • Supta Baddha Konasana (el zapatero acostado): manos sobre el vientre.
    • Paschimottanasana (pinza): no busques llegar lejos, busca soltar.
    • Savasana prolongado, con música suave o en silencio total.

Respiración guiada

  • Inhala contando 4 – Retén en 4 – Exhala en 4.
  • Imagina que el fuego sube desde la pelvis hacia la cabeza en la inhalación por tu canal central. Siente cómo llena todo tu cuerpo en la retención y cómo lo descargas en la tierra al exhalar.

Conciencia

  • Pregúntate: ¿puedo actuar sin agitarme? ¿puedo desear sin urgencia?

Danza sin exceso

Rajas es un gran aliado cuando sabemos escucharlo. No hay que apagar el fuego, sino conocer su naturaleza. Cuando vivimos rajas con conciencia, se convierte en una herramienta para expresar nuestra verdadera voluntad. Y desde ahí, la acción se vuelve alineada, creativa, luminosa.

La práctica del yoga, más allá de los estiramientos o las posturas, es una práctica de relación con la energía. No para controlarla, sino para acompañarla en su propio ritmo sagrado.

Así que la próxima vez que sientas que algo en ti corre, empuja o arde, detente un instante. Respira. Mira el fuego a los ojos. A lo mejor, solo está buscando que lo escuches.

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