los tres gunas y el pulso de la vida: TODO DANZA

Gunas

A veces creemos que la vida es una línea recta, un sendero hacia algún lugar. Pero ¿qué tal si en realidad todo lo que existe —nosotros, nuestras emociones, nuestros pensamientos, nuestros cuerpos y hasta la propia consciencia— está danzando? El universo no es un mecanismo frío, sino una expresión vibrante de energía, de Shakti, que se despliega en infinitas formas.

Y en medio de esa danza, hay tres ritmos fundamentales que lo atraviesan todo. La sabiduría ancestral del yoga los llama gunas, que significa “cualidades” o “tendencias”: Estos gunas son rajas, tamas y sattva. No son buenos ni malos, no son cosas que debamos evitar o buscar. Son fuerzas. Movimientos. Vibraciones. Están en constante cambio, combinándose en distintas proporciones para dar forma a cada instante de nuestra experiencia. Así que los tres son necesarios.

¿Qué son los gunas?

Los gunas no son cosas que podamos ver con los ojos, pero podemos sentirlos. Son como las “temperaturas” sutiles del universo interno y externo. Los tres están presentes en todo momento, pero con un predominio que va cambiando según lo que hacemos, pensamos, comemos, sentimos o incluso con quién estamos.

La práctica y los gunas

La propuesta de hoy no es buscar una “rutina perfecta”, sino desarrollar la capacidad de observarte desde dentro. Te invito a hacer una pequeña práctica dividida en tres partes, cada una inspirada por uno de los gunas.

RAJAS — Energía y dirección

  • Posturas activas como saludos al sol dinámicos, Utkatasana, Virabhadrasana II, Parsvakonasana y Trikonasana.
  • Respira en ujjayi, manteniendo la atención en el empuje del cuerpo hacia el suelo y el alargamiento hacia el cielo.
  • Observa el deseo de moverte, de lograr, de llegar a alguna parte. ¿Dónde lo sientes más? ¿En el pecho? ¿En las piernas? ¿En los ojos? ¿Cómo de intenso es en ti el deseo de lograr objetivos?

TAMAS — Contención y descanso

  • Baja el ritmo con posturas de entrega: BalasanaSupta Baddha Konasana, o simplemente tumbado en Savasana largo.
  • La respiración se vuelve profunda y pesada, como una ola que llega y se retira lentamente.
  • Fíjate si aparece la resistencia al reposo o si surge un alivio. ¿Cómo se siente el cuerpo cuando no tiene que hacer nada? ¿Te permites ese “no hacer nada” o tu mente está en “lo que debería estar haciendo ahora”?

TAMAS — Contención y descanso

  • Elige posturas que inviten al equilibrio: Siddasana o Sukhasana , Tadasana o Ardha Matsyendrasana.
  • Respira suavemente por la nariz, sin esfuerzo. Deja que el cuerpo se acomode al momento.
  • Siente el estado que surge cuando no hay ni urgencia ni resistencia. ¿Puedes habitarlo sin querer agarrarlo?
Scroll al inicio